Un "parentesis" vacacional

21.05.2012 19:16

La agudización de la crisis ha incrementado el interés de los jóvenes por participar en proyectos de voluntariado internacional. Conscientes de la enorme gratificación personal que supone el hecho de colaborar en este tipo de iniciativas orientadas a la colaboración, las personas interesadas buscan vivir una experiencia personal que supera con creces cualquier remuneración económica.

Pero, además, ejercer una actividad de voluntariado en otro país supone otra serie de ventajas profesionales añadidas, como la adquisición de conocimientos prácticos aplicables a la vida profesional, el afianzamiento a través de la práctica de otro idioma o el conocimiento de un amplio abanico de profesionales y futuros contactos laborales. Las empresas, en general, suelen valorar a jóvenes que han hecho algún tipo de trabajo social.

En cualquier caso, no hay que perder de vista que cuando una organización de voluntariado envía a una persona a un país en desarrollo para colaborar en alguno de sus proyectos no le está pagando un periodo de vacaciones, ni un viaje de placer o turismo. La mejora de la calidad de vida de la comunidad tiene que ser un objetivo prioritario para el voluntario.

Por mucha demanda de voluntarios que haya, la mayoría de las organizaciones escogen a jóvenes con una serie de cualidades específicas y orientadas a un óptimo cumplimiento de su función, como puede ser la motivación, la predisposición para el trabajo en equipo, la capacidad de adaptación a entornos multiculturales, dotes organizativas, aptitudes comunicativas e interés por los problemas políticos y socioeconómicos del posible lugar de destino.

¿Qué tengo que hacer para ser voluntario o cooperante?

En primer lugar, tienes que tener tiempo y ganas. Si sólo dispones de unos meses puedes participar como voluntario en un proyecto, mientras que si te planteas una estancia más larga la mejor opción es escoger un proyecto en el que puedas trabajar como cooperante. Este tipo de desplazamientos suelen ser, como mínimo, de seis meses.

En general, para ser voluntario internacional debes tener 18 años cumplidos, aunque excepcionalmente se pueden conceder ayudas a personas con 16 años. En algunos casos se te exigirá una titulación acorde a las tareas a desarrollar y dominio del inglés, aunque es interesante el conocimiento de cualquier otro idioma. A veces las becas tienen un límite de edad establecida y otras exigen que el voluntario asista a algún tipo de formación previa. También hay becas que exigen una determinada experiencia profesional. El ámbito geográfico donde se suele desarrollar este tipo de iniciativas corresponde a países de América Latina, Asia y África.

Si quieres ser voluntario solicita información sobre diferentes programas y becas, y haz una reflexión previa acerca de tu motivación y las razones que te empujan a ello. Detecta en qué ámbitos podrías ser útil según tus habilidades y formación, decide cuánto tiempo quieres invertir y busca una beca que coincida con tus necesidades. Existen diferentes ayudas orientadas a la cooperación internacional, procedentes tanto de organismos públicos, nacionales e internacionales, como de organizaciones privadas que lanzan programas específicos e independientes.